jueves, 20 de noviembre de 2008

PARTE IV

La mente hace lo que quiere. Hacemos lo que queremos. El agua llega al cuello cuando creemos que queremos algo. ¿Acaso no estamos constantemente “creyendo” que queremos algo en vez de queriéndolo realmente? ¿La creencia se vuelve la experiencia máxima a la que podemos aspirar? ¿Acaso no es lo mismo creer y vivir, creer que vivo? Son preguntas que seguramente no tienen respuesta. Tal vez la respuesta sea poco importante, y hay que seguir. Y no sea eso lo que estamos buscando constantemente. Oda a la inseguridad de nuestras vidas, de nuestros sentimientos, de nuestras inseguridades. Acepte usted mi egoísmo en estas cuestiones. No pretendo pasar por erudito ni mucho menos. De hecho sólo escribo lo que me da la gana. Quién dijo que tengo que hacerlo para usted, cuando para mi ya es mucho.

No hay comentarios.: